Y mira que nos prometieron que no se enamorarían!!! Esa fue la condición para que nuestros amigos Vanesa y Ruben se convirtieran en casa de acogida. Pero sucumbieron a los encantos de la pequeña Julie. Y es que esa cosita enamora a cualquiera.
La mayor alegría que podemos tener es que nuestros amigos decidan adoptar a uno de nuestros pequeños. Y si encima esos amigos no solo son buena gente sino animalistas hasta la medula, la alegría es doble.
Gracias Vane, gracias Ruben, gracias por ayudar tanto, gracias por precuparse por nosotros y nuestro proyecto, gracias por darle un hogar primero a Mia y ahora a Julie, gracias por querer seguir colaborando como casa de acogida, gracias por hacernos saber que siempre podremos contar con ustedes, GRACIAS!!!!!!!!!!
